Entre la década de los 60 y los 70, se gozaba en la República Bolivariana de Venezuela (por ese entonces oficialmente República de Venezuela) de una “época dorada”, consecuencia de una prospera situación económica impulsada por la industria petrolera.
La bonanza era tal, que incluso se la conoció popularmente como “Venezuela Saudí”, por su aludida semejanza con la nación árabe.
No obstante, a partir de la década de los 80, esta situación se revirtió: la caída del precio del “crudo”, un alto nivel de endeudamiento e inflación persistente desembocaron en una profunda crisis.
Es así que, en febrero de 1989, asume como Presidente Carlos Andrés Pérez, quien dirigiese los destinos del país entre 1974-79 y fuera visto como la esperanza para revertir una situación que impactaba fuertemente en la sociedad.
Sin embargo, la opción elegida fue un “paquetazo” (vox populi así denominado), que estribaba en grandes ajustes macroeconómicos, con especial énfasis en los recortes de las erogaciones estatales y aumentos en las tarifas de los servicios públicos, como condición previa a la firma de un acuerdo financiero con el Fondo Monetario Internacional.
Como consecuencia, y a menos de un mes de su asunción como primer mandatario, estalla el “caracazo”: una multiplicidad de fuertes protestas populares (con saqueos a la orden del día), que desembocaron en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, dejando un saldo de centenares de muertos y heridos; dando origen a una serie de avatares político-económicos y sociales, derivando en asonadas militares que acabarían con la victoria electoral (1998) de Hugo Chávez.
Este hecho histórico, no debiera pasarse por alto al momento de analizar lo acontecido en estos lares, donde ya somos testigos de una…
Década perdida
El ciclo económico 2014-2023, en sus distintas etapas y con sus diferentes administradores “a cargo”, esta signado por tres características inalterables durante toda su extensión:
- un descontrolado Déficit Fiscal Total (DFT)(1), que prohija el endeudamiento externo e interno,
- un permanente Déficit del Sector Externo, que dificulta la elaboración, e incomoda la evaluación, de proyecto s de inversión en el complejo productivo.
- la predominancia de la “tasa de interés” como “ordenadora general” del esquema, determinando que el Sistema Financiero Ampliado(2) sea el “gran ganador” y tendenciándose, de esta manera, la acumulación de capital hacia el vector especulativo-rentístico.
Así las cosas, el actual encuadre económico (comenzado con la devaluación del 23/01/2014), que reemplaza al exitoso ciclo donde se priorizaba la producción y el trabajo, deberá ser sustituido irremediablemente.
Sin embargo, como oportunamente se señalara en “Es el momento de pugnar: ¡¡por las ideas!!” (BAE Negocios, 19/02/2023) y en “Cambia… nada cambia” (BAE Negocios, 09/10/2022), la pretendida oposición y el actual oficialismo insisten con aplicar recetas que enfrentan a la ciudadanía a optar: entre el fracaso reciente -“Frente Cambiemos”- o el presente -“Frente de Todos”-.
No es extraño, entonces, que surjan opciones del tipo “outsiders” (forasteras o de frontera), que si bien al “mover la palmera” sensibilizan el sistema, dificultan a la postre la administración de la “cosa pública”, irradiando sus consecuencias al Sector Privado.
La situación conflictiva que está atravesando la República del Perú, debería servir como antecedente peligroso de lo ut supra señalado.
Resulta obvio, entonces, que los responsables de diez años de desasosiego no pueden ser los que faciliten las soluciones.
Éstas deben venir de aquellas fuentes que, incentivando la armonía entre el “capital y el trabajo”, y lo “grande y lo pequeño”, construyeron momentos virtuosos para el conjunto de la comunidad.
Solo se necesita…
Pensar bien y actuar mejor
Para ello, no se puede continuar con el peligroso camino de ensoñamiento que “la política” ha adoptado, donde al mirarse en el espejo encuentra reflejados (al margen del posicionamiento) los mismos temas y prioridades: la brecha social y su amplitud, las candidaturas (con sus consecuentes internas), la construcción del discurso y su difusión (contratando a supuestos expertos en el conocimiento de una pretendida subjetividad colectiva), y otros de menor rango, como el vestuario o algún tipo de relación amorosa.
Por el contrario, la Supercrisis (3) que atraviesa la Patria, necesita una certera caracterización del rumbo que tomará el mundo, donde es evidente:
que el Nuevo Orden Internacional(4) sepultó la perimida Globalización, surgida a finales de la Guerra Fría, y que nos ofrece una última oportunidad para construir un país industrial, que facilite el pleno empleo de la fuerza laboral.
Por lo tanto, siendo este el “tiempo y lugar” para que nos demos el debate, es imprescindible que los candidatos a la Primera Magistratura estudien y reflexionen en profundidad sobre estos tópicos. “Surfear” estos problemas, derivó en diez años de postración.
Los errores cometidos, por las dos últimas gestiones gubernamentales, en el diseño e implementación de las Políticas Económicas, no solo han perjudicado a las mayorías populares, sino que han perturbado la tasa de ganancia de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas, e incluso de los Conglomerados Empresarios del Sector Real de la Economía.
La Argentina ha perdido relevancia y liderazgo aún en la región, y es hora de recuperarla(5). Solo una macroeconomía que oriente las fuerzas productivas de la Nación en esa dirección(6) lo logrará.
Es indispensable entonces que la dirigencia política, teniendo clara la responsabilidad del “ahora”, y que lo que está “en juego” no es un proyecto personal ni la particularidad de un trabajo, sino un destino colectivo, asuma en profundidad el debate en ciernes.
Si así no fuera, le corresponderá a los representantes empresariales, sindicales, religiosos y sociales encausar el debate, y sentar las bases de un Modelo de Desarrollo Económico Permanente y Sustentable (MoDEPyS), con orientación a la producción, que beneficie al conjunto de la sociedad argentina.
Lic. Guillermo Moreno
Lic. Pablo Challú
Lic. Walter Romero
Agradecemos la colaboración de Marcos von Ifflinger
1-El Déficit Fiscal Total es la sumatoria de los Déficits: Financiero de la Tesorería Nacional, el de las Jurisdicciones sub Nacionales y el “Cuasifiscal” del Banco Central de la República Argentina.
2-El Sistema Financiero Ampliado está conformado, entre otros, por: Bancos, Compañías de Seguro, Fondos de Pensión, de Riesgos del Trabajo, etc.
3-Definimos Supercrisis a la situación generada por la Administración “Cambiemos”, a partir de la convergencia de dos desequilibrios macroeconómicos: el fiscal, parecido al que provocara el colapso del gobierno de R. Alfonsín, y el externo, similar al de F. de la Rúa.
4-Concepto ampliamente desarrollado en “Consolidación del NOI” – Parte I (BAE Negocios, 17/04/2022) y Parte II (BAE Negocios, 24/04/2022).
5-Para ello, una visión tendiente al Nacionalismo de Inclusión, que “consolida y completa” su identidad como Pueblo y Nación incorporando y abrazando al “distinto” (a diferencia del de Exclusión, que lo hace a partir de confrontarlo y segregarlo), resulta fundamental.
6-A partir, entre otros, de un Tipo de Cambio Competitivo, una “sana” Administración del Comercio Exterior y la búsqueda de los indispensables equilibrios macroeconómicos (a partir de un Superávit Fiscal Primario y un robusto Saldo de la Balanza Comercial) que en conjunto con un necesario Magno Acuerdo Social, faciliten la ganancia de productividad y competitividad de la Industria Manufacturera, aprovechando los vectores: alimentos y energía.
Gentileza BAE Negocios